México inaugura su Ferrocarril Interoceánico: un nuevo horizonte logístico entre océanos
México ha dado un paso histórico en la modernización de su infraestructura logística al activar el Ferrocarril Interoceánico, un proyecto emblemático que conecta el Océano Pacífico con el Golfo de México a través de la Línea Z del Istmo de Tehuantepec. Este logro marca un antes y un después en el comercio nacional e internacional, posicionando al país como una alternativa estratégica al Canal de Panamá.
El primer cruce interoceánico por tren comenzó con la descarga de vehículos del carguero “Glovis Cosmos” en el puerto de Salina Cruz, Oaxaca. Decenas de automóviles fueron transportados en tren a lo largo de más de 300 kilómetros de vía férrea rehabilitada, hasta llegar al puerto de Coatzacoalcos, Veracruz. Este corredor ferroviario, que integra puertos marítimos, parques industriales y una red logística unificada, abre nuevas posibilidades para la conectividad y el comercio entre Asia, América y Europa.
La rehabilitación de las vías férreas y la coordinación entre los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos son solo el comienzo de un ambicioso proyecto que promete impulsar la economía nacional y atraer inversiones privadas. Además de la infraestructura ferroviaria, el corredor busca consolidarse como un polo de desarrollo industrial que permita integrar empresas nacionales e internacionales en una estrategia logística eficiente y sostenible.

Sin embargo, los desafíos para garantizar el éxito del proyecto son significativos. Será fundamental mantener una operatividad constante, asegurar la calidad de los servicios y fomentar un entorno de confianza para la inversión privada. Solo así se podrá evitar que este corredor interoceánico se convierta en una promesa aislada y, en cambio, se consolide como un motor del progreso económico y comercial de México.
El Ferrocarril Interoceánico del Istmo de Tehuantepec es más que un proyecto de infraestructura; es un símbolo de la capacidad de México para innovar y adaptarse a las demandas del comercio global. Su puesta en marcha no solo refuerza la competitividad del país, sino que también representa un paso firme hacia un futuro de integración, sostenibilidad y desarrollo.
Fuente: Alberto Pinto adaptado para Porthink
