A los puertos les llega su transformación digital
Hace algunas semanas, proveniente del espacio, aterrizó en la intemperie del océano Atlántico un cohete de la empresa aeroespacial SpaceX de Elon Musk, sobre una plataforma flotante para drones.
Ese acontecimiento, de acuerdo con Pablo Marrone, arquitecto de Soluciones Digitales de Cisco, puede dar nociones de la revolución que se le viene a las zonas francas, a los puertos y al comercio marítimo y fluvial, con la transformación digital aplicada a este sector.
Para aterrizar las posibilidades, Marrone cuenta que la terminal de contenedores de Long Beach (Estados Unidos), cumplió su objetivo de tener la terminal de contenedores más barata del mercado reduciendo un 15% sus gastos al conseguir que la carga sea sensorizada.
Explica también que la Autoridad Portuaria de Hamburgo convirtió a su puerto “en uno de los más eficientes del mundo”, porque todos los sensores viales están conectados a través de una red IP para monitorear el flujo de tránsito, lo que permite determinar cuánto tránsito cruza el puente para informar el diseño del mismo, el mantenimiento y los cronogramas de renovación dentro del circuito del puerto, y así garantizar disponibilidad y movilidad del circuito terrestre.
Estas son soluciones posibles gracias al internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), esa tecnología que hará posible que las ciudades sean inteligentes y que impactará todos los sectores. Todas estas posibilidades fueron discutidas en el Congreso Integrado de Zonas Francas y Puertos realizado por la Andi, que culminó el viernes en Cartagena.
Para el estratega español Rafael Salazar esta es una de las tecnologías emergentes que tienen impacto en la logística y los puertos, porque cada uno de los dispositivos, contenedores, un barco o una mercancía, puede ir con sensor electrónico conectado al internet.
Eso no solo permite entender en tiempo real en dónde se encuentra la mercancía o el barco, revolucionando la capacidad de seguimiento y reduciendo las pérdidas económicas.
Pero destaca Salazar, que hay otras tendencias en este sector, como las energías renovables y las impresoras industriales que imprimen dispositivos, piezas metálicas y en tiempo real con un sistema computarizado. Es decir, que las piezas metálicas se pueden imprimir en tiempo real con un sistema computarizado por demanda al momento en el que se necesite. “No estamos hablando de futuro, estamos hablando de presente”, destaca.
Si de hablar del futuro se trata, Salazar considera que el siguiente paso pueden ser los vehículos autónomos, porque en cuatro u ocho años estarán sobre ríos y mares los barcos autónomos sin ningún tipo de intervención humana. Y cree que para llegar allá todavía hay mucha regulación por hacerse.
“Esto trae consigo nuevas reglas de juego, redistribución de las relaciones de poder, surgimiento de nuevas necesidades laborales, nuevos actores emergentes y hasta replanteamientos estratégicos corporativos inimaginables hace solo una década. Es una cuestión que va más allá de entender… es adaptarse o sobrevivir con las nuevas reglas de juego”, precisa Salazar.
Lo que debe mirar la región
Puertos como los de Buenaventura, Cartagena, Barrranquilla y Santa Marta ubican a Colombia como una referencia en la región. Sin embargo, no solo en el país, sino también el resto de América Latina, la transformación digital avanza a pasos lentos.
“Los que estamos flacos en Latinoamérica es que todavía nos preguntamos cómo empiezo, cuáles son los pilares de todo esto”, dice Marrone, de Cisco.
Él dice que existen cinco pilares del éxito en la transformación digital empresarial y que por supuesto, tienen cabida en los puertos y zona francas.
Primero, conectar dispositivos, cosas, vehículos y todo lo que sea conectable.
Segundo, asegura que “conectar no alcanza”, por lo que se debe aprender de cada dato transportado.
“Si yo conecto las grúas, los motores, ¿acaso no puedo tener datos analíticos para hacer un mantenimiento más temprano e inteligente? Rolls-Royce tiene motores que informan en tiempo real a su centro de control y ahí es donde aprendemos de cada dato, los usamos para tomar decisiones de negocio”, afirma Marrone.
Tercero, computar en cualquier lugar. “Tu conectividad no tiene que conectarse a una sino a varias nubes de trabajo. Los flujos de trabajo tienen que poder moverse con un clic”.
Cuarto, la seguridad. “Es parte parte integral desde el origen, ya no da lo mismo qué aplicación accede a cuál sensor. Ocurren cosas como en una planta de Alemania, en la que alguien hackeó un robot y una persona murió”.
Quinto, todo lo que se hace debe exceder las expectativas de quien lo va a recibir.
“Un cliente mío en Argentina transporta cargas de un lugar a otro, me decía que para ellos el éxito es que la carga llegue al destino y el cliente quede feliz. Pero alguien tuvo la idea de decir ‘qué tal si al cliente le damos más información‘. Ahora la carga es monitoreada por cámaras desde que sale, tiene geocalización, el cliente la ve, ve su traslado, eso es mucho mejor”, asevera Marrone.