Experta en internacionalización de empresas resalta gran potencial en el encadenamiento productivo chileno-argentino

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La consultora y académica Roxana Martínez Corzo expuso en el seminario web de lanzamiento del
proyecto “Estudio comparado de costos logísticos y de eficiencia portuaria para el comercio
exterior en el corredor bioceánico del eje Trópico de Capricornio”.

“Chile tiene las ventajas propias de poseer la red de tratados con mayor acceso al PIB mundial, son 19 millones de personas con acceso a 5 billones de habitantes del mundo, gracias a los acuerdos que ha suscrito con las principales economías. Cuenta con una plataforma de comercialización y logística avanzada que permite la exportación. Mientras, Argentina es el décimo exportador agroindustrial del mundo y su mercado de 45 millones de personas tiene acceso a casi 300 millones de consumidores”.


Así lo planteó Roxana Martínez Corzo, directora consultora de RMC Comex Services, quien sostuvo que ello, considerando además que son países vecinos, hace que haya un gran potencial en el encadenamiento productivo entre Chile y Argentina. La también académica de la Universidad Nacional de Cuyo ofreció la exposición técnica “Cadenas de valor Argentina-Chile”, la que formó parte del seminario web con el cual se lanzó el “Estudio comparado de costos logísticos y de eficiencia portuaria para el comercio exterior en el corredor bioceánico del eje Trópico de Capricornio”. Esta iniciativa, impulsada por Corfo Antofagasta, busca identificar la oferta exportable que hoy sale y entra por puertos del océano Atlántico y que podría ingresar y/o salir por puertos de la región de Antofagasta.

#Webinar #CorredorBTC – Roxana Martínez Corzo: Encadenamientos productivos de Valor Argentina -Chile

La consultoría tiene el fin de contribuir al desarrollo de un hub de servicios logísticos que promuevan y habiliten el desarrollo de nuevos negocios de comercio exterior entre los mercados de APEC (Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico) y la Zicosur. Esta última comprende trece provincias argentinas (entre ellas, Córdoba y Tucumán); cinco estados brasileños (Río Grande del Sur, entre otros); ocho departamentos bolivianos (por ejemplo, Santa Cruz), los 17 paraguayos y cuatro de Perú; y las cinco regiones más septentrionales de Chile, desde Arica y Parinacota a Coquimbo.


CADENAS GLOBALES DE VALOR
Martínez afirmó que hoy estamos envueltos en lo que se denomina cadenas globales de valor, las que marcan desde hace tres décadas al comercio mundial. “Llegaron a fines de los 80 de la mano de la globalización, los avances en acuerdos comerciales entre países para un mayor intercambio de bienes y servicios, y el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación”, explicó la consultora especializada en comercio internacional.


Las cadenas globales de valor implican que las materias primas son exportadas a otros países, en estos son usadas para la fabricación de piezas del producto y aquellas, finalmente, son enviadas a los países donde se encuentran los fabricantes finales, que a su vez exportan el producto definitivo. Esto ha ocurrido desde que “las grandes multinacionales desagregaron sus procesos productivos, es decir, el diseño, la investigación más el desarrollo, la producción, la comercialización, entre empresas de distintas partes del mundo, para disminuir los costos”, dijo Martínez.


Detalló que las instancias que agregan más valor en la cadena son las vinculadas al desarrollo de la innovación, en el comienzo del proceso, y la del apoyo logístico, que se da al final y que comprende el servicio post venta y el acceso que facilita al consumidor llegar a los productos.

Las cadenas de valor hoy controlan el 80% del comercio internacional y presentan varios beneficios: “permiten el desarrollo de estrategias profundas de diferenciación, pues hay una apuesta entre varios actores por la innovación y por diferenciarse, lo cual da mayor valor a producto final; generan ventajas competitivas que pueden ser más sostenibles en el tiempo; aumentan los ingresos; promueven la generación de empleos, entre otros”.


Martínez también se refirió al encadenamiento productivo, un modelo económico que se enfoca en priorizar las oportunidades de mercado, visualizando las funciones de cada uno en la cadena productiva. Las cadenas de valor constituyen, de hecho, un encadenamiento productivo.


EFECTO PANDEMIA

La consultora expuso que, antes de la pandemia de coronavirus, “hubo cambios estructurantes en las cadenas globales de valor: la tensión comercial entre Estados Unidos y China, eventos climáticos extremos, el impacto tecnológico que supone el reemplazo de bienes físicos por otros digitales; y el plan estratégico Hecho en China 2025, que supone un programa de sustitución de importaciones”.


Luego, durante la pandemia, se dieron la suspensión temporal de exportaciones de productos críticos, un viraje hacia un proteccionismo por seguridad nacional (cierre de fronteras, énfasis en abastecimiento nacional y regional) y la aceleración de la transformación digital, entre otras consecuencias de la contingencia sanitaria.


“Como resultado, hoy tenemos cadenas globales de valor más cortas, con menos actores, más regionalizadas, más intensivas en servicios”, sostuvo Roxana Martínez.


AMÉRICA LATINA
La especialista aseguró que “todos los países participan de las cadenas globales de valor, pero no de la misma forma”. A partir de un informe del Banco Mundial publicado en 2020, afirmó que Chile lo hace a través de una cantidad limitada de productos básicos (cobre y otros minerales, sobre todo), lo que “es poco sustentable económica y ambientalmente”, mientras que Argentina y Brasil lo hacen con un nivel limitado de manufactura.


Para Martínez, “a nuestros países en América Latina les falta, en general, diversificar sus exportaciones”. En el caso de Argentina, “faltan incentivos a la inversión extranjera y hay carencias de acuerdos comerciales con mayores mercados globales”, mientras que “Chile debe fortalecer su capacidad productiva, buscar nuevos insumos”.


La consultora y académica indicó, finalmente, que “los encadenamientos productivos son liderados por las grandes empresas”, que empujan al 35% de las pymes de un país. ¿Qué sucede con el otro 65% de las pequeñas y medianas empresas? Son involucradas e impulsadas por otras pymes que se caracterizan por diversificar riesgos. “Las Pymes que diversifican compras y ventas son más productivas y más propensas a innovar, invertir y exportar”, destacó Martínez, quien citó el caso de pymes chilenas y argentinas que están formando parte de cadenas globales de valor y exportando a otros mercados, y planteó que “hay un amplio abanico de oportunidades” para los productos de ambos países, en mercados como el chino, el estadounidense y el mexicano.

Fuente: Porthink por: Claudio Lobos

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