Transformación digital, una oportunidad para repensar procesos y no para hacer más de lo mismo
Expertos de la industria abordaron el impacto del covid-19 y la transformación digital en la industria logística y portuaria, en seminario organizado por Webb Fontaine en alianza con la Fundación Sefacil y Porthink.
La pandemia de coronavirus y la transformación digital son factores cruciales a la hora de entender los grandes desafíos a los que se enfrenta hoy las industrias portuaria y logística en el mundo.
Así lo plantearon diversos y reconocidos expertos en políticas públicas, investigación y gestión portuaria, que intervinieron en el seminario web “Dinámicas Portuarias: los desafíos de la transformación digital, institucional y de sostenibilidad de los puertos y el comercio exterior latinoamericano”, realizado telemáticamente.
El panel de discusión fue organizado por la empresa Webb Fontaine, uno de los principales proveedores de soluciones aduaneras, de comercio exterior y de negocio portuario del mundo, en alianza con la Fundación Sefacil y nuestro medio Porthink.
Moderado por Luis Ascencio, consultor internacional de logística y director de Porthink.com, el panel contó con intervenciones de Yann Alix, director ejecutivo de la Fundación Sefacil; Jorge Durán, secretario de la Comisión Interamericana de Puertos (CIP) de la Organización de Estados Americanos; Carlos Martner, coordinador de Transporte Integrado y Logística del Instituto Mexicano del Transporte); y Sergio Gorgone, gerente de Sistemas de Información de la Autoridad Portuaria de Buenos Aires. También participó Jean Edouard Nicolet, gerente de desarrollo de negocios de Webb Fontaine.
RESILIENCIA Y AGILIDAD
Uno de los principales temas abordados fue el impacto de la pandemia y de la digitalización en los sistemas portuarios y en las operaciones logísticas. “La transición digital, la pandemia y el cambio climático nos obligan como profesionales de la cadena de suministro, de la logística o de la tecnología, a revisar la forma de trabajar a nivel global y local”, expuso Nicolet, quien añadió que para Webb Fontaine, “es importante que los sectores público y privado creen ámbitos de cooperación para el futuro, esto es una clave para el éxito de la logística del mañana”.
Nicolet advirtió, eso sí, que ya la pregunta “no es si debemos cambiar, sino cómo cambiar y cómo hacerlo de manera eficiente”.
Para el ejecutivo de Webb Fontaine, la transformación digital es un elemento clave para la resiliencia y agilidad de los puertos, pero que hay que utilizar “para cambiar realmente y no para hacer lo ya muchas veces visto, que es poner tecnología para hacer lo mismo. Hoy debemos pensar cómo colocar la tecnología para hacer algo diferente, agilizar procesos, y que las pandemias son eventos que pueden pasar (…) Debemos trabajar con tecnología para que un proceso logístico pueda adaptarse rápidamente a cualquier problemática del futuro”.
“IMPACTO BRUTAL”
Lo anterior, además, se da en un momento en que la industria sigue siendo sacudida por la pandemia de coronavirus. Luis Ascencio dio como ejemplo un dato de la CIP, según el cual la confiabilidad en recaladas de nave pasó de un 80% en 2019 a un 35% hoy. “Esto nos indica que impacto es brutal en cadenas de suministro y eficiencia portuaria”, sostuvo el ingeniero civil industrial.
Jorge Durán añadió que el covid-19 ha sido también “un elemento disruptivo en la cadena de demanda: la gente dejó de comprar, de ir a restaurantes, hubo una baja en la demanda de los consumidores pues cambiaron patrones de vida”. Aun así -destacó-, “los puertos de América Latina nunca cerraron, el flujo nunca se detuvo”. Ahora, tras ese bajón, “hay una sobredemanda, ‘todo el mundo’ está comprando, la mayoría ha abierto, hay demanda de bienes y productos, entonces esto nos causa una incertidumbre enorme pues hay retrasos al estar los puertos llenos”. El secretario de la CIP dio el ejemplo del puerto de Long Beach, en Estados Unidos, donde “hay treinta buques que están por atracar… eso representa más costo, más tiempo, y (finalmente) lo pagamos los consumidores finales. Los costos logísticos han subido muchísimo y esto ocurre en Oriente, China, la costa de Estados Unidos, México… Ha sido demasiado inesperado el crecimiento de la demanda”.
MÉXICO Y ARGENTINA
En la misma línea, Carlos Martner apuntó: “Me llama la atención la vulnerabilidad del modelo de la globalización en los términos que lo conocíamos, porque ni la guerra comercial que se había iniciado en 2018 entre Estados Unidos y China y que incluía a otras naciones, ni algunos desastres naturales, fracturaron de tal manera las cadenas de suministro a nivel general ni generaron esta locura”. Según comentó, aún “estamos viendo cuánto va a durar (el efecto de la pandemia); se habla de que va a seguir seguramente el primer semestre de 2022”.
Martner sostuvo que, en México, se ha visto “un gran rebote después de una caída importante en los primeros ocho meses de 2020. El año pasado, la caída en contenedores fue de 9%; en julio de este año, crecimos 22%. El rebote es mayor que la caída, incluso hay puertos, como Lázaro Cárdenas (nota de la redacción: en la costa pacífica mexicana), que crecen un 40%”.
Un efecto negativo de este “rebote” del que habló Martner es que “hay muchos exportadores pequeños y medianos, en determinadas regiones, que tienen cargas, pero que no las pueden exportar, por no disponer de contenedores o porque los buques no están llegando a ciertas regiones; no tienen manera de exportar”.
¿Y en Argentina? Sergio Gorgone expuso el caso de la nación vecina y dijo que en esta se consideró a la industria marítimo-portuaria y a la de comercio exterior, desde el inicio de la pandemia, como esenciales. De todos modos, habló de una “lección aprendida”: “Si hubiéramos estado más automatizados y digitalizados, hubiéramos estado en condiciones mucho mejores”.
INVERSIÓN PÚBLICA
Yann Alix fue otro que coincidió en el fuerte impacto de la pandemia en la industria: “La era post-covid podría redibujar el mapa global de flujos incluso si las colosales inversiones de las compañías marítimas en los gigantes de los mares parecen enviar una señal de ‘business as usual’… Las autoridades portuarias podrían verse presionadas para acelerar la inversión pública en infraestructura y estimular así una nueva competencia entre los puertos que podría ser utilizada por operarios, armadores e incluso cargadores en busca de soluciones logísticas sólidas y confiables. Se podría invitar a los puertos a cooperar mejor entre sí, formar alianzas estratégicas y alentar las fusiones de autoridades para alcanzar tamaños críticos esenciales para satisfacer las inversiones económicas y financieras requeridas por el gigantismo naval”.
Según planteó el director ejecutivo de la Fundación Sefacil, el covid-19 “ha revelado (o acelerado) las posibilidades que ofrece la desmaterialización de reuniones, procedimientos e incluso ciertas formas de trabajar. Sin pensar que la digitalización es una revolución mágica donde todos los frenos de la cadena de suministro estarían asentados, lo interesante es destacar la progresiva alineación que se está manifestando entre autoridades y puertos, operadores logísticos, cargadores… y finalmente los consumidores. La explosión del comercio electrónico se basa en la digitalización optimizada. Los retos del mañana son la estandarización de procesos, las interconexiones entre redes y soluciones, y sobre todo que tengamos una única ventanilla portuaria y logística que aspire a la universalidad y no a una acumulación de ventanillas únicas tan diversas como variadas que hacen que la digitalización sea confusa e ineficiente”.
AMÉRICA LATINA
Jorge Durán abordó la situación en América Latina, diciendo que en la región “la digitalización empezó hace diez o veinte años, (últimamente) por el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio; algunos están obligados a digitalizar los procesos o cierta parte (de estos). Se trata de rediseñar el proceso para que sea más eficiente, ahorrar tiempo, ahorrar costos, incrementar la productividad y la eficiencia”.
Para el secretario de la CIP, sin duda el covid-19 “aceleró los procesos de digitalización” y “todos los países han tenido avances” en este ámbito. Pero -advirtió- “el resultado es que algunos empleos se van a perder”.
Durán apuntó que un problema está en los ataques cibernéticos, pues “los puertos son blancos” de estos. “La pregunta no es si nos van a hackear, sino cuándo. Falta que algunas autoridades portuarias tomen una actitud más proactiva, en cuanto a los seguros y en temas de ciberseguridad. Es un proceso que está en desarrollo”.
Sergio Gorgone, en tanto, aludió al foco en el Puerto de Buenos Aires y cómo se proyecta a la industria global: “No queremos automatizar la ineficiencia, sino hacer una reingeniería de procesos. Lo central es garantizar de modo constante que los sistemas de gestión estén basados en criterios de diseños comunes. Para esto es importantísimo que participe toda la comunidad logística. Para mí, el tipo de solución para mejorar una operación portuaria tiene dos componentes: el tecnológico y el humano. Este último tienes que verlo desde el punto de cómo lo vas a arbitrar, manejar, darle gobernanza”. En cuanto a lo tecnológico, indicó que “lo más complejo es aglutinar a la comunidad logística para que podamos tener soluciones, (por ejemplo), que hagan análisis de patrones de comportamiento, los que servirán para hacer ajustes y mejorar la cadena logística en la última milla”.
Ver y escuchar el seminario completo en https://www.youtube.com/watch?v=qfDtVhhjBr0